EDITORIAL

Este testimonio obedece a la necesidad de mostrar hechos no oficiales, que le ocurrieron a miles de Chilenos, que ahora ya no están con mosotros, que también sufrieron los horrores del Estadio Chile y Estadio Nacional.

Queremos poner en palabras, nuestra vivencia como prisionero político, durante la dictadura militar.

Dejar nuestro testimonio en la historia de nuestro país.

Porque nosotros somos sobrevivientes de un momento histórico, único e irrepetible, es por este motivo, queremos que estos testimonios, que no son los oficiales, trasciendan y no se pierdan, queremos dejar en palabras, nuestras propias vivencias vivencias de ese momento que nos tocó vivir durante el golpe militar del 11 de Septiembre de 1973.

Para de esta forma producir la catarsis definitiva, la sanación de nuestro espíritu y de esta cerrar este negro capítulo en nuestras vidas, dejar un testimonio escrito de nuestro paso por el infierno.

Dejarlo escrito......para nunca olvidarlo.

En este blog, queremos mostrar, una especie de sumario de lo que aconteció inmediatamente después del golpe militar y las consecuencias que tuvo para muchos chilenos que de un día para otro les cambió la vida.....o la muerte.
Hemos tratado de darle el tratamiento de crónica, de lo que aconteció, intentando ser lo más objetivo posible, algunas veces no lo hemos conseguido cuando la humanidad que encierra el relato es más fuerte que la objetividad del hecho, como en el caso de Luis Alberto Corvalán.
Así como este caso, de humanidad también hay otros como el del Mayor Sergio Acuña Jahn, estimado y respetado por los prisioneros, porque siempre tuvo un trato respetuoso y actitudes humanitarias. Curiosamente era un hombre muy educado, culto y con un extraordinario sentido del humor.
Aceptamos este desafío, de exponer nuestras vidas, por los compañeros y amigos que murieron en manos de la barbarie y la sin razón, para que no queden sin rostro ni sin nombre.
Para que se sepa que se sepa que existieron, que fueron idealistas y consecuentes, que amaron a sus familias y a su patria.
Por esos compañeros y amigos que no tuvieron la suerte de sobrevivir que tuvimos nosotros.

Gregorio.

jueves, 22 de julio de 2010

ESCOTILLA 17

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Martes 22 de julio de 2008
Las escotillas son lugares de acceso a las graderías del Estadio Nacional, en ese espacio que va de las rejas de ingreso, hasta las galerías, por la arquitectura del recinto, se conforma una especie de gruta o cueva, que esta inmediatamente por debajo de las galerías del Estadio.
En este lugar es donde muchos chilenos debieron permanecer detenidos como prisioneros políticos sin juicios ni cargos, esperando ser "interrogados" por los  "servicios de inteligencia" de la dictadura militar.
Los prisioneros debían permanecer todo el día en las galerías del Estadio, las escotillas estaban destinadas solamente para dormir.
En la mañana los prisioneros, eran despertados con marchas militares.
Fue en ese lugar que conocí al Mayor Sergio Acuña Jahn, era un oficial del ejercito, curiosamente era un hombre muy educado, culto y con un extraordinario sentido del humor.
Estimado y respetado por los prisioneros, por su trato respetuoso y sus actitudes humanitarias con los prisioneros, sino también por algo fundamental para cualquier prisionero político, el leía las listas de quienes saldrían en libertad.
Llegaba siempre con muy buen humor, que era correspondido por los prisioneros porque sabíamos era portador de alguna  buena noticia, se sentaba con las piernas cruzadas sobre una protección de fierro que estaba, viniendo de la escotilla, inmediatamente al ingreso a las graderías y preguntaba con voz tonante:
¿Como están mis "liones"?
A lo que había que responder a voz en cuello.
¡Bien mi mayor!
¿Como me los han tratado?
¡Bien mi mayor!
Su llegada siempre producía jolgorio y el lo sabía y por eso nos hacía preguntas que estábamos obligados a responder en forma positiva, porque habían a lo menos 30 ó 40 conscriptos con sus respectivos fusiles sobre nuestras cabezas y nuestras espaldas, que eran los guardianes de nuestra escotilla.
Era muy relajado y siempre traía un diario bajo el brazo, abría el diario y se ponía a leer casi todas las noticias nacionales e internacionales.
Este hecho que parece tan sin importancia nos daba una tremenda tranquilidad porque nos conectaba con el mundo exterior donde estaban nuestras familias y nuestro entorno y nosotros entendíamos que el también entendía esto.   
Por eso lo valorábamos.
Meses más tarde fue dado de baja por ser considerado blando y no encajaba dentro del perfil del ejército.



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